por Carlos A. Mendoza
En Guatemala, generalmente, se hace referencia al conflicto armado interno (1960-96) como principal antecedente de la violencia colectiva en forma de linchamientos. En particular, se afirma que hubo una enseñanza macabra con los catigos públicos contra supuestos colaboradores del enemigo. Yo, sin embargo, me he atrevido a cuestionar el peso desmedido que se le da a la reciente historia política del país y he presentado ejemplos de otros casos históricos, a principios del siglo XX y durante el siglo XIX, que también podrían ser considerados como antecedentes. Incluso, he citado casos de castigos públicos implementados como mecanismo de control social durante la era colonial. Además, he mostrado que los linchamientos han ocurrido antes en otros países y épocas. No es una reciente innovación guatemalteca.
Entre las raíces históricas más profundas, he mencionado a la misma Inquisición de la Iglesia Católica que, después de un supuesto "proceso legal" que incluía la tortura, quemaba en la plaza pública a aquellos considerados herejes. Aunque parece que esas ejecuciones no fueron algo que se dio en el Reino de Guatemala (pues la sede del "Santo Oficio" estaba en México), supongo que sí estaban presentes en el imaginario popular, pues parte del objetivo era disuadir a los enemigos de la ortodoxia.
Tradiciones populares y los linchamientos
Además de los episodios de violencia colectiva del pasado, me parece que hay que hacer un esfuerzo por entender cómo el castigo público puede estar enraizado en costumbres que nos parecen inofensivas, pero que tienen una elevada carga de violencia socialmente aceptada.
Creo que lo mencioné a mis amigos en FaceBook el otro día. En un bautizo en la Ciudad de Guatemala, de clase media urbana, hubo piñata para festejar. Era un angelito que fue felizmente destrozado por los niños. Un extranjero que participó en el evento me dijo: "Ahora entiendo porque en Guatemala son tan violentos..."
Me quedé, entonces, pensando en el origen de la costumbre de las piñatas. Aunque no podemos decir que todos los que hemos quebrado piñatas en nuestra niñez seamos personas violentas. Ciertamente, hay algo de violencia socialmente sancionada en dicho ritual de cumpleaños y fiestas infantiles. Habrá que profundizar. A lo mejor Celso Lara y otros folkloristas nos pueden ilustrar al respecto.
La Quema de Judas, el traidor
Primero vean estas fotografía en Google:
AQUÍ.
Lo que me generó esta idea fue la noticia de Bolivia sobre amenazas de linchamiento por medio de monigotes como los que se hacen para representar a Judas Iscariote. Verla más abajo en un post anterior.
En
Wikipedia hay un resumen interesante de los antecedentes históricos de esta tradición cristiana. Una vívida descripción se encuentra en
The book of Easter by William Croswell Doane (pp. 25-26). En el mismo, Bryson-Taylor explica el ahorcamiento de Judas en México que, como verán, es muy similar en Guatemala:
"Holy Saturday is the day especially devoted to him. His effigy, made as hideous as possible —which is very hideous indeed, since his creators are endowed with the ardent imagination of their race— is placed upon funeral piles and burned with immense glee; lie is flogged, hanged, and maltreated in ways without number. In the City of Mexico such hatred is particularly and picturesquely violent. On Good Friday morning booths are erected in all parts of the city, where many Judases are sold, grotesque and distorted of visage, garbed in uncouth attire. All day long images large and small are bought by men, women, and children, by dozens, by scores, by hundreds. On the morning of Holy Saturday, the city, to the believing mind, is transformed into a vast place of execution. Ropes stretch across the street from house to house; from every rope a Judas hangs, filled with straw and gunpowder, black and very ugly swaying in the sun. He is everywhere, swinging stiffly, like a three-days gibbeted corpse; hooted at, cursed in vivid Spanish with all terms of infamy and shame. But a few minutes before twelve comes a sudden hush, a rent of stillness in the blare of noise. The crowd stands listening for the signal of noon from the bell of the cathedral, waiting keenly, in strained attention; only the Judases still swing to and fro in the sunshine, passive, unconcerned. The signal comes, booming over all the city. On the instant frenzy smites the town. Every luckless Judas is cut down by yelling men and cast headlong into flames. He explodes, individually and collectively, with dreadful noise and much vile-smelling smoke; this is the tainted soul of him fleeing forth to hell which he has merited. His end is greeted with furious rejoicings, shouts of triumph, parting yells of defiance."
Los antropólogos, como dice el artículo de Wikipedia, llaman a estos rituales de
víctima propiciatoria "o lo que popularmente se conoce como 'echarle la culpa a un chivo expiatorio'. Mientras ocurre una violencia de todos contra todos, tal como la definió Hobbes, los seres humanos han descubierto que pueden otorgarle un fin a esta violencia substituyéndola con una violencia de todos contra uno. El mecanismo de la víctima propiciatoria puede definirse como la situación en la cual se escoge un individuo y se le atribuyen todas las culpas o malestares por los cuales atraviesa el grupo. El mecanismo debe su nombre a la práctica prescrita en la Biblia, en el libro del Levítico (16: 5-10), donde se ordena tomar dos chivos ("machos cabríos"), sacrificar uno a Yahvé y abandonar el otro a su suerte en el desierto. Estos chivos cargaban con todas las culpas de la comunidad, y una vez desaparecidos, se esperaba que se llevasen consigo todas las culpas que se les habían proyectado." [Fuente:
AQUÍ]
En Venezuela, donde también hay linchamientos y se tiene esta tradición de quemar a Judas, se dice que "tiene un significado simbólico de justicia popular, pues a través de esta el pueblo expresa sus quejas y descontentos con relación a los acontecimientos políticos y comportamiento de figuras públicas y funcionarios del estado."
Pienso que debemos profundizar en esta hipótesis. Claro que, como varios lectores chapines ya lo están pensando, debemos también examinar la tradición de la quema del diablo, el 7 de diciembre de cada año.